La AEDN y las Asociaciones y Colegios Autonómicos hemos sido capaces de poner de moda el término dietista-nutricionista gracias al buen hacer de los d-n, su competencia y su rigor . Resulta curioso, cuando no llamativo, que médicos de reconocido prestigio, que han visto crecer nuestra profesión, se estén aprovechando del reconocimiento que el dietista-nutricionista tiene por parte de los ciudadanos.
Resulta alarmante, que intrusos de la profesión, no sólo se apropien indebidamente de nuestras competencias profesionales, sino que ahora también se apropien de nuestra denominación profesional. Nutricionistas somos los d-n, que somos quienes hemos dotado de sentido el término.
Juan Revenga
Dietista-nutricionista
nº Col ARA00027
En la actualidad estamos asistiendo a una
curiosa y variada proliferación de una confusa terminología para describir a un
concreto colectivo profesional. El colectivo al que me refiero es aquel
constituido por las personas especializadas en nutrición, alimentación y
dietética.
Resulta, que de un tiempo a esta parte parece
que el caramelo que supone erigirse como especialista en esta materia se ha
tornado especialmente jugoso y apetecible. En este sentido es frecuente
encontrase con, por ejemplo, autoproclamados "médicos o doctores
nutricionistas", "enfermeras dietistas", "nutrólogos"
etc. o cualquier combinación de estos términos, ya que como digo el despliegue
de imaginación que se hace en este terreno es inagotable por parte de algunos
profesionales sanitarios... o no tan sanitarios, llegado el caso.
Afortunadamente existe un documento legal que
debería poner freno a determinadas prácticas abusivas en lo que han terminado
siendo unas absurdas, incoherentes y por que no decirlo, ilegales
nomenclaturas. La ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (Ley
44/2003), además de hacer un descripción de las labores, ámbitos de trabajo,
etc. de cada una de las profesiones sanitarias descritas en España, recoge un
apartado concreto en el que se hace una especial mención a la obligación de
nombrar correctamente y sin riesgo de equívoco cadas una de las citadas
profesiones. En la disposición adicional segunda de la citada ley, relativa a
la reserva de denominaciones, se puede leer literalmente: "Sólo podrán utilizarse,
en el ejercicio profesional público y privado, las denominaciones de los
títulos [...] cuando tales títulos, diplomas o grados hayan sido obtenidos,
homologados o reconocidos de acuerdo con lo dispuesto en esta ley y en las
demás normas aplicables. No podrán utilizarse otras denominaciones que, por
su significado, puedan inducir a confusión con aquéllas" (sic)
En tal sentido, tomando de nuevo como referencia
la citada ley, cuando se enumeran las distintas profesiones sanitarias y su
área competencial, en el artículo 7, apartado g, se encuentran citados los dietistas-nutricionistas como: "los
Diplomados universitarios en Nutrición Humana y
Dietética desarrollan actividades orientadas a la alimentación de la persona o
de grupos de personas, adecuadas a las necesidades fisiológicas y, en su caso,
patológicas de las mismas, y de acuerdo con los principios de prevención y
salud pública" (sic). Entre el resto
de las titulaciones y especialidades descritas no se encuentra ninguna otra en
la que se recojan estas dos palabras: ni dietista, ni nutricionista; salvo a la
ya mencionada.
Así pues, estaría muy bien que a partir de ahora
alguien pusiese un poco de orden para que los médicos fueran "sólo"
médicos, los especialistas en endocrinología "sólo" especialistas en
endocrinología, las enfermeras, eso, enfermeras, las esteticienes, esteticienes
(aunque hayan seguido un curso por correspondencia en nutrición
ortomolecular)... y los dietistas-nutricionistas, dietistas-nutricionistas
(así, y no de otra forma, con estas dos palabras separadas por guión,
dietista-nutricionista).
Las ventajas de hacer las cosas como está
legislado redundarían en un mayor confor por parte de estos últimos
profesionales a la hora de realizar su labor sin el íncómodo picor del
intrusismo profesional y, sin duda alguna, en una mayor claridad y trasparencia
para el ciudadano de a pie, destinatario último de los servicios de un
profesional sanitario.
3 comentarios:
Y además, esto se produce en el marco de una situación especialmente dañina. Quienes utilizan denominaciones inexistentes con las palabras incorrectas son profesionales establecidos, médicos, enfremeras, farmacéuticos, que gozan tanto del reconocimiento laboral de la administración como del de la ciudadanía. Sin embargo los que sí podemos utilizar la correcta denominación, no estamos laboralmente reconocidos por la administración y somos muy poco conocidos entre la población general. Este panorama representa un especial intrusismo profesional de quién ya está y no deja estar o acceder al que por derecho propio debería estar. Así vamos mal.
Yo trabajaba en TVE como dietista-nutricionista 3 días a la semana y es muy duro ver como te sustituyen por una médico estético (a la que llaman nutricionista). La razón que me dan.... el director del programa me dice que le da más tranquilidad que sea una médico (que trabaja con dietas proteinadas) la que hable de nutrición (aunque tuviera menos conocimeintos y experiencia en este campo).... en fin, una pena!!! Espero que pronto se normalice todo este tema.
Hola Juan, estoy totalmente de acuerdo contigo.
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